Sin noticias de Rodrigo Moreno
miércoles, abril 15, 2015
Igual que el extraterrestre Gurb en el libro de Eduardo
Mendoza (Sin noticias de Gurb), Rodrigo Moreno anda perdido por la ciudad, sin
encontrar su lugar y como si todo le viniera grande. Extraviado por el terreno
de juego, aturdido, y con una incapacidad palmaria para revertir el mal momento
deportivo que atraviesa. Contra el Levante, volvió a estar muy desafortunado y
por algún motivo arcano que muchos desconocemos, Rodrigo no termina de arrancar,
incapaz de enganchar una buena ola para terminar de eclosionar. Sobrado de
técnica pero huérfano de puntería; sus renglones de juego están llenos de
sofismas y trampantojos que, por el momento, no tienen fecha de caducidad.
Rodrigo Moreno debe incrementar de forma perentoria su nivel
de juego, el exiguo rendimiento que está ofreciendo comienza a estar seriamente
en entredicho y es evidente que no recuerda al desequilibrante jugador que
deslumbró a Europa entera cuando estaba en el Benfica. Llegó con la condición
de estrella bajo el brazo, un estatus que logró granjearse –merecidamente- en
el club lisboeta; sin embargo, hasta la fecha no ha mostrado la gran capacidad
que atesora para mezclar todo el juego ofensivo del equipo. Decidió dejar de
ser cabeza de ratón en una liga menor como la portuguesa para probar fortuna en
la mejor liga del mundo, con el riesgo de convertirse en cola de león. Los 30
millones que Peter Lim pagó en su día para adquirir los derechos del dandy hispano-brasileño no casan con
los guarismos que muestra Rodrigo a estas alturas de temporada: cuatro goles y
uno de ellos desde los once metros. Hay que alegar a su favor que nunca ha sido
un gran goleador, pero es un futbolista al que hay que exigirle 10-15 goles por
temporada y otras tantas asistencias.
Tiene la materia prima y el talento innato, nadie lo pone en
tela de juicio. Sin embargo, salvo los cuatro detalles exquisitos que deja en
cada encuentro, no logra encontrar el cauce de la constancia. Es cierto que en
varios partidos ha jugado fuera de su posición, más pegado a línea de cal y no
actuando por zonas interiores. Aun así, en ningún momento ha recibido ningún
tipo de interdicción por parte de Nuno para poder alejarse de la banda y
moverse con total libertad por el frente de ataque. Por el momento, parece
seguir contando con la confianza ilimitada del técnico santotomense, aunque
jugadores como Feghouli que vienen pisando fuerte y el regreso goleador de
Negredo hacen que, poco a poco vaya perdiendo protagonismo.
Rodrigo parece atenazado por alguna fuerza mayor que
desconozco, falla pases incomprensibles y en ocasiones peca de individualista.
Juega a ráfagas, combinando ocasiones para marcar con momentos de poca lucidez.
Salta a ojos vistas que no está logrando ofrecer la plétora de posibilidades
ofensivas que mostró en Lisboa y que tan buenos réditos le proporcionaron a
Jorge Jesús. Rodrigo es capaz de lo mejor y de lo peor. El Valencia, por
extensión, también. Espero volver a ver pronto su mejor versión, el equipo y la
grada la necesita. Quizás el próximo fin de semana tenga su última oportunidad,
el atractivo del partido frente al Barcelona es innegable y su velocidad tiene
que jugar un rol fundamental en las eléctricas transiciones defensa-ataque que
el Valencia deberá protagonizar en el Camp Nou. El baile dará comienzo el sábado
y es de etiqueta.
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