El murciélago de las dos caras
lunes, diciembre 01, 2014
Hasta no hace tanto tiempo el Valencia andaba sumido en una vorágine destructiva que aumentaba año tras año, con dirigentes a los que no les preocupaba ni lo más mínimo el sentimiento que un escudo arrastraba detrás, fijándose simplemente en sus propios beneficios y en todo lo bueno que les podía traer estar sentado en el trono valencianí. Todo esto sólo podía tener dos finales, empezar desde cero, o encontrar un mecenas que despertara de una vez al aletargado murciélago... y ahí empezó un proceso de venta a cara de perro, con cada una de las partes estirando hacia su lado durante todo un largo y agotador año para todos los que vimos cómo jugaban con nuestros sentimientos, hasta que todo llegó a su fin y Peter Lim se convirtió en el multimillonario propietario de un club con demasiada hambre y muy poco tiempo que perder, con ganas de recuperar de golpe todo el tiempo perdido, una ganas tan grandes que, a la postre, se han acabado convirtiendo en un arma de doble filo... Bienvenidos al Valencia, nuestro Valencia Club de Fútbol o, cómo lo conoceremos en estas líneas, nuestra Gotham particular.
Todo empezó a fraguarse en un verano de lo más movido, sin saber si llegaría el mecenas, pero actuando como si ya estuviese aquí, trayendo a Nuno, el entrenador que Peter quería para su proyecto, con jugadores de su propia cartera y estableciendo un plan de trabajo a su imagen y semejanza. Al ver esto todos podíamos pensar que era un proyecto a medio-largo plazo, entrenador joven y casi inexperto, plantilla renovada, jugadores por explotar en el club che... todo hacía indicar que a este equipo no se le podía exigir todo lo que anhelaba una afición sedienta de éxito, pero casi a punto de empezar todo cambió, el ahora nuevo propietario abrió la cartera, dotando al murciélago de todos los gadgets que este pudiera necesitar, al más puro estilo Batman, sin súper poderes al uso, pero con toda la calidad que el dinero te podía proporcionar. Todo empezó a cambiar, Mestalla empezó a creérselo y a ver a su club convertido en Batman, ganando a todos los malhechores que osaban acercarse a su feudo, Gotham era su casa y nadie se atrevía a acercarse a ella, no sin sufrir las terribles consecuencias que te ocurren cuando te enfrentas a un murciélago enrabietado y armado hasta los dientes. Valencia olvidó de un plumazo, gracias a sus gadgets llenos de calidad y comprados a golpe de talonario, eso de despertar de esta pesadilla poco a poco y creyó que jamás volvería a vivir noches de estupor como antaño habían tenido que sufrir. Su equipo era capaz de dejar al campeón de liga en una mera calcomanía de si mismo o reventar un récord a un todopoderoso a base de garra, calidad y cabezazos majestuosos... Gotham sonreía, nada podía salir mal esta vez, pero olvidábamos un detalle, la delgada línea que separa un superhéroe de un villano de lo más mal encarado.
Y es que Batman se ha ido convirtiendo poco a poco en uno de los personajes más temidos por todos, Harvey Dent o "Dos caras", siempre dispuesto a luchar por los suyos hasta que algo truncó sus pasos. En esas se encuentra ahora mismo el club che, un equipo capaz de transformase en una apisonadora allá por donde pasaba, hasta que los gadgets le han empezado a fallar, pasando a ser casi una caricatura de si mismo, fallando pases imposibles, o sin la capacidad de reacción que se le ha de presuponer a todo superhéroe. El Valencia de hoy en día salta al campo como el mismísimo Dos Caras, y parece que la moneda lanzada por el arbitro no sólo deparará la suerte del campo o pelota, si no también la cara que le vamos a ver al murciélago, recuerden "cara vives, cruz mueres"… Y a eso me recuerda el Valencia de hoy, si sale cara el equipo se dejará la piel en el campo, pero como salga cruz, el equipo se pegará un tiro al pie y dejará que cualquier equipo abuse de él como si de un equipo de barrio se tratara... Y señores, un club como grande como el Valencia no puede dejar su fútbol en manos del azar, porque este es lo que tiene, unas veces ganas y otras tantas pierdes.
El club blanquinegro no se puede permitir volver a las andadas más recientes y convertirse de nuevo en el Robin Hood de la liga, quitándole a los ricos para dárselo una semana después a los pobres, no puede apabullar al Atlético y poco después hacer el ridículo más espantoso en Coruña o Granada, no puede mostrar su cara más bonita cuando los focos están encima de ellos y mostrar la parte horrenda de su rostro cuando parece que menos se les va a exigir. El Valencia, mande quién mande o lo entrene quién lo entrene no puede permitirse tirar una copa a la basura de la forma que la ha tirado, dejar desolada a una afición cómo lo ha hecho, o arrastrar un escudo con tantísima historia detrás. Esto es el Valencia y sólo pueden entrar en juego los mejores gadgets, los que sean necesarios para mostrar siempre la cara más bonita del murciélago, se llamen cómo se llamen pero siempre los mejores y eso nadie tendría que olvidarlo.
Después de echar por tierra la ilusión de toda la afición y la mejor ocasión en muchos años de luchar por una final, los que están dentro tienen que reaccionar ya, porque Mestalla ha visto como su mecenas ha invertido más de cien millones en fichajes y está en posición de poder exigir mucho más de lo que su equipo les ofrece ahora mismo. El Valencia debe despertar y todo pasa por una autocrítica que parece que nunca llega, tal vez porque los focos que les alumbraron llegaron demasiado pronto y les han cegado o, porque en realidad piensan que no hay necesidad de hacerla, y eso es lo realmente peligroso... Los blanquinegros tienen que olvidarse de ser Harvey Dent y volver a ser el Batman que fueron a principio de temporada, porque la Champions no espera a nadie, ni siquiera a los que en su día han luchado como superhéroes, y no llegar si que sería un varapalo incalculable para este ambicioso proyecto pero, sobre todo porque la afición exige que, de nuevo, su Gotham particular vuelva a ser capital del fútbol europeo.
0 comentarios