Los puntos cardinales de Paco Alcácer

jueves, octubre 09, 2014

Foto vía: Carla Cortés (@noaasoka)
Peinado corto, recatado, sin estridencias. Nada de crestas, mechas o cabellos mirando hacia direcciones opuestas. Casi de comunión, con la raya al lado asomando tímidamente lanzando al mundo un mensaje de humildad y sencillez que su polo azul celeste concreta con el cuello de la prenda en su sitio, sobre los hombros. Eso de que las solapas miren hacia el cielo es cosa de otros. El tatuaje de su brazo izquierdo muestra a priori una picardía desmentida por una mirada que sostiene el Paquito que Don Francisco lleva dentro. Así apareció Alcácer ante las cámaras de Canal+, en una de las entrevistas en profundidad que Mónica Marchante lleva a cabo en su "Espacio Reservado".
En ella repasa los momentos claves de su andadura balompédica, esos que le han curtido como ídolo de Mestalla con tan solo 21 años a sus espaldas. Y el primero no podía ser otro que el de su debut con la elástica blanquinegra.

"Ese día fue muy especial para mi ya que era mi primer partido de titular con el Valencia, y sobretodo en Mestalla, y la verdad es que no voy a olvidarme nunca"

Fue el Logroñés el que tuvo el honor de ver a Paco por primera vez pisando el césped del templo, más concretamente en los dieciseisavos de Copa. Para los que no lo recuerden, aquel encuentro terminó con un 4-1 luciendo en el marcador, aunque con otro nombre propio pegando patadas a la puerta del once titular de Unai Emery. O se hizo el sordo, o realmente su ineptitud llegaba a tal grado que no supo ver que ese tal Francisco Alarcón se había ganado con su doblete los minutos que hasta entonces le estaban faltando. Hoy todos sabemos como acabó la historia.




El segundo viene de la mano de "la Rojita". Las categorías inferiores de la selección española siempre vislumbraron el instinto asesino que corría por sus venas y con 18 años levantó su primer trofeo importante a nivel internacional.

"Pues la verdad es que en ese momento yo tenía un año menos que algunos compañeros de Selección y la verdad es que para mi ese fue un partido que jamás, que tampoco olvidaré, junto con el debut del Valencia, y yo creo que fue uno de los días más felices, ser campeón de Europa sub19 es muy bonito"

Los peques de la Selección comandados por Ginés se plantaban en la final de todo un europeo sub19 frente a una Republica Checa que se adelantaba al inicio de la segunda mitad obligando a remar a todo un país que seguía extasiado por los triunfos de sus mayores. Aurtenetxe obraba el milagro en el 87' forzando una prórroga en que los checos volvían a adelantarse en el luminoso. Fue entonces cuando apareció Paco y su doblete. En el 108' y el 115' para ver a los cachorros cruzar los Pirineos con otro título a cuestas. Cómo no iba a ser un día feliz.


Una felicidad que amargamente contrasta con lo sucedido un par de fechas más adelante. Trofeo Naranja, Mestalla lleno y el gol entre ceja y ceja. ¿Qué podía salir mal?

"Si, ese día no lo voy a olvidar nunca jamás, yo creo que tanto para bien como para mal. Es mi primer gol en Mestalla, mi primer gol como profesional aunque no fuese partido oficial, pero bueno, un día muy feliz pero también un día muy triste. Ese día no lo voy a olvidar porque que falte un padre no se te va a olvidar nunca. Fue todo muy rápido y había que pasar página para seguir adelante"

Nunca la palabra agridulce tuvo un mejor significado. El padre de Alcácer fallecía minutos después de que el árbitro decretase el final del partido más feliz de su hijo. Junto con su esposa Inma, Paco Alcácer padre caía desplomado al suelo ante la atónita mirada de los suyos mientras su corazón decía basta. Los servicios médicos no fueron capaces de reanimarlo. Aquélla fatídica noche marcó un antes y un después en la vida de nuestro protagonista, que en un ejercicio de madurez impropio de su edad fue capaz de replantearse su estilo de vida para conseguir aquello que su padre y él soñaban cada noche que Paco se acostaba abrazando a su balón, jugar en el Valencia CF.

"Todo lo que estoy haciendo es por la fuerza que él me dio y el objetivo que yo tenía. Estar aquí es lo que él hubiera querido. Y lo he conseguido"




Y tanto que lo ha conseguido. Apenas tres años después, ese chico tímido y con cara de bueno es el enemigo público de las zagas rivales. Su fidelidad a sus virtudes junto con el reconocimiento de sus defectos hacen que su juego maximice a las mil maravillas el arte del oportunismo y la elegancia del primer toque como arma blanca, sea como asistente o como depredador. El pésimo nivel de Postiga y Pabón le abrió las puertas de la titularidad con Pizzi y respondió marcando goles, marcando territorio. Mestalla volvió a enamorarse de su hijo pródigo, de sus valores y de su historia. Hoy, y a la espera de que el metatarsiano de Negredo encaje como toca, Don Francisco Alcácer es el delantero titular del Valencia CF. El nueve de Mestalla. Y Del Bosque dio buena cuenta de él:

"Debutar con la Selección Española en partido oficial es una cosa superespecial para cualquier jugador, y para mi fue un día de los pocos que no olvidaré, porque vamos, estar con esa Selección después de todo lo que han hecho, es para estar orgulloso de vestir esa camiseta" 

Y debutó con gol, ese fiel amigo cuya persecución mutua es intrínseca al fútbol. Con el nueve a la espalda y empujando el balón a las mallas, poniendo a todo un Diego Costa en entredicho y enseñando a toda una nación como debe jugar un delantero centro. No es un falso nueve, y lo sabe.
Y debió de convencer, porque vuelve a ir convocado con la Roja para los dos próximos partidos de clasificación.
Este es Paco Alcácer, y estos son los cuatro puntos cardinales de su fútbol. Con su brújula en el cielo, creo que anda muy lejos de perder el norte. Y el rumbo que porta no puede tener mejor pinta. Avante toda.

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