De esos recuerdos, nacieron estos sueños
viernes, abril 17, 2015![]() |
by @deBenitoo |
Imposible, la palabra más utilizada por los conformistas,
los que no pelean por lo que realmente quieren tener en su vida, los que
simplemente se conforman con lo que esta les ha dado, los que ven la vida pasar
sin pena ni gloria y no la cogen de la pechera para decirle, “eh, ¡aquí estoy
yo! Vengo a reclamar lo que es mío”. Imposible es solo una elección, no una
imposición.
¿Me vas a hablar de que algo es imposible? Entonces lee esto
primero, porque te diré que yo he visto a mi equipo caer en los infiernos y
levantarse para ganarle dos ligas a dos bestias del fútbol, he visto como caían
hasta dos veces en sendas finales de champions y se han repuesto para reclamar
lo que era suyo y convertirse poco después en el “Mejor equipo del mundo 2004”,
le he visto levantar partidos memorables en lugares como el que nos espera este
sábado, campos en los que a priori lo más fácil es volver derrotado a casa. Y
ahora te vuelvo a preguntar, ¿imposible? No me hagas reír. Tal vez más difícil,
pero es así como mejor saben las cosas.
Por eso desde el pitido final de lunes en Mestalla empezaron
a pasar mil cosas por mi cabeza, Messi, Luis Suarez, Neymar, casi cien mil
espectadores abarrotando el campo… Y la champions pasaba por ahí, cada vez lo
veía todo más negro, pero evidentemente no imposible. De repente en mi cabeza
empezaron a brotar recuerdos como hacía tiempo que no me pasaba, recuerdos que
hicieron que mi cerebro le mandase un mensaje a mis labios que les decían, “eh
sonreíd, ¿o no os acordáis de los buenos recuerdos que guardamos de nuestras
visitas a Can Barça?” y es cierto, me senté en mi casa, delante del ordenador y
me puse a pensar en esos recuerdos tan especiales. ¿Recordáis el golazo de
Oliveira que nos acercó un poco más a ser campeones de aquella liga? ¿Y ese maravilloso
gol de Mendieta en el que casi fusila la cabeza de Sergi? O que os voy a contar
de las innumerables veces en las que nuestro querido Piojo destrozaba sin
piedad al equipo de Van Gaal… Muchos y buenos recuerdos, recuerdos para la
posteridad, todos muy bonitos, pero uno al que guardo especial cariño, quizás
uno de mis primeros buenos recuerdos como che, un recuerdo que siempre me hará
saber porqué siempre soñaré al lado de este equipo. Quizás algunos lo
recordéis vagamente y otros como si el partido se hubiera jugado ayer, y sí, hablo de esa remontada de la temporada 97/98, ese 3-4 que dejó mudo a todo el
Camp Nou y donde se forjó el primer gran recuerdo para los valencianistas de mi época.
Era joven, muy joven, incluso más de lo que me gustaría
recordar, por aquello de los años que han pasado, era un lunes 19 de Enero y estaba en casa de mi abuelo a punto de empezar a ver un partido en el que muy
pocos valencianistas confiaban, el Barça era segundo, el Valencia peleaba por
la permanencia, el club che vivía una época en la que los valencianistas más
jóvenes no recordábamos ninguna noche gloriosa de nuestro equipo y habían muy
pocas expectativas de guardar una pronto en nuestra memoria, pero todo eso
empezó a cambiar justo esa noche… Empezó el partido en Antena 3, el equipo
blaugrana nos pasó por encima en tan solo 50 minutos, 3-0, una desilusión, nada
nuevo para un inexperto valencianista como lo podíamos ser muchos de nosotros en esa época, agaché la
cabeza y me fui a mi cuarto, una vez más el Valencia iba a dejar escapar la
ocasión de estrenar muchos recuerdos valencianís con una gran noche pero, ¡qué
equivocados estábamos!, sobre el minuto 70 escuché cantar un gol en el comedor,
salí como un resorte y me senté de nuevo al lado del hombre que había hecho que
por mis venas corriera por siempre sangre blanquinegra, de repente y casi sin
tiempo llegó el 3-2 de un ídolo che, El Piojo López, todo era posible en
ese momento y a dos minutos del final ¡zas!, de nuevo él, hizo enmudecer todo
el campo culé e inauguró la zona de los recuerdos ches, pero ahí no terminó todo,
en plena locura en medio de la celebración pude diferenciar como “el burrito”
Ortega se quitaba la camiseta como si Lucifer lo hubiese poseído, pensábamos que
era la repetición, no lo podíamos creer, el Valencia le había metido 4 goles a
todo un Barça en solo 20 minutos, saltamos, celebramos y caímos rendidos al sofá
y fue en ese justo momento cuando una felicidad que seguramente no se podría definir con palabras, justo en el instante en el que miles de valencianistas guardaban ese momento en sus retinas, tuve claro que ese solo sería el primer gran recuerdo de los muchos que quedaban por venir.
Y no me equivocaba, quizás no fue solo por esa noche, pero lo cierto es que en ese momento cambió todo y se inició una época dorada para todo el valencianismo, ligas, copas, finales de champions y un sinfín de partidos mágicos como la noche del Basilea o la tarde del año pasado en Can Barça cuando el Valencia parecía un equipo abocado al fracaso y por el contrarío regaló un día de felicidad a los suyos. Y es ahora, este mismo sábado, cuando el Valencia vuelve a tener la oportunidad de dejar un recuerdo imborrable en la mente valencianí, y estar un paso más cerca del sueño de la champions.
Y no me equivocaba, quizás no fue solo por esa noche, pero lo cierto es que en ese momento cambió todo y se inició una época dorada para todo el valencianismo, ligas, copas, finales de champions y un sinfín de partidos mágicos como la noche del Basilea o la tarde del año pasado en Can Barça cuando el Valencia parecía un equipo abocado al fracaso y por el contrarío regaló un día de felicidad a los suyos. Y es ahora, este mismo sábado, cuando el Valencia vuelve a tener la oportunidad de dejar un recuerdo imborrable en la mente valencianí, y estar un paso más cerca del sueño de la champions.
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