El Valencia es un barril de pólvora rodeado de fumadores
miércoles, julio 22, 2015
Parece impensable que el Valencia
pase un verano sin hacerse el harakiri y por gestiones nefastas como la de
Rodrigo Caio, te entran ganas de alejarte de todo cuanto rodea al club. Tras la
salida de Salvo y Rufete, totalmente necesaria para poner punto y final a la
guerra civil en la que estábamos inmersos, parece que vuelve a imperar la paz,
aunque ya veremos cuánto dura esta vez. Después de la tormenta llega la calma y
lo mejor de todo es que ya ha empezado la pretemporada. Los de traje y maletín,
que han tenido más protagonismo del debido, aún les queda mucho camino por
recorrer para poder decir que están a la altura de la mejor afición de la Liga
BBVA y la mejor noticia desde el gol de Alcácer en Almería, es que el balón ya
vuelve a rodar.
El
Valencia es un barril de pólvora rodeado de fumadores y en los exacerbados
debates que giran en torno al conjunto blanquinegro siempre imperará una
cromática locura. “Joder, otro jugador de Mendes”. “¿Vamos a fichar a otro
jugador tan joven?”. Somos expertos en ver problemas donde no los hay y todo
nos parece mal. Si viene Bakkali, “otro jugador de Mendes y encima con la
cabeza llena de pájaros”, pero si se va al Sevilla o al Atlético, “puto Mendes,
los mejores siempre para los demás”. Si el Bayern, un equipo diseñado para
ganar todos los títulos en juego cada año y con una semana más de trabajo en
las piernas nos mete cuatro, “joder, vaya mierda, el Valencia se va a Segunda”.
Pues nada, el próximo año preparamos la pretemporada contra equipos de Tercera,
les metemos siete goles y todos felices. Un poco de calma, por favor, que
pasamos demasiado rápido del “somos los mejores” al pesimismo y derrotismo
absoluto.
Pero al
contrario de lo que se pueda pensar, o al menos la sensación que personalmente
tengo, es que el Valencia está configurando una plantilla realmente
interesante, con futbolistas famélicos de títulos y sobre todo con un largo
camino por delante para seguir creciendo, aunque me siguen faltando un par de
jugadores que cuando abren la puerta del vestuario todo el mundo se calla,
entrando tras de sí experiencia durante media hora. La plantilla del Valencia
ya era una de las más jóvenes del viejo continente el curso anterior y tras las
incorporaciones de Mina, Bakkali y Danilo, la media de edad sigue bajando.
Pocos mimbres de la actual plantilla saben lo que es jugar la Champions League
y es por ello que veo imprescindible fichar a un par de futbolistas con pelos
en los huevos, a los que no les tiemble el pulso por jugar en los grandes escenarios,
que sean capaces de echarse el equipo a las espaldas cuando vengan mal dadas y
de presionar y hablar más con el árbitro que con su mujer.
El fichaje
de Mathew Ryan es un acierto total. Es un buen portero, que a lo largo de la
temporada te salva puntos y si ha sido nombrado mejor guardameta de la liga
belga durante dos años consecutivos, será por algo. Sin embargo, nada más hacerse oficial su incorporación comenzaron a surgir de nuevo comentarios bastante desafortunados: "Este Ryan es un matado, encima viene de un liga inferior como la belga...". "¿En Australia se juega al fútbol?". Aunque igual de desacertado me parece que se hable de Ryan por sus abdominales. A mí (seré yo el raro que no tiene la menor idea de nada) me da igual que sea "más feo que un dos caballos", lo que me importa es que pare lo que tiene que parar y que evite que en Valencia echemos de menos a Alves.
Por otro lado, para cerrar
la plantilla ficharía un perfil similar al de Keita, un futbolista curtido en
el fragor de mil batallas, que le pregunte al rival que tiene enfrente por la madre que lo trajo a este mundo
y del que los imberbes del equipo digan “hostia, cómo aprieta el abuelo”. No es
necesario que sea un jugador que venga para ser titular indiscutible, pero que
aporte su piedra al muro del Valencia cuando le toque jugar, como Orban, que es
capaz de abrirse la cabeza por la camiseta del Valencia en un partido amistoso.
Los jugadores que defienden los colores del Valencia con hechos sobre el campo
y no con palabras fuera de éste, me ponen muy cachondo, la verdad.
Aunque el
concepto paciencia no esté, y jamás estará en el diccionario che, el margen de
mejora es enorme y si tenemos un poco de calma con el trabajo de Nuno, estoy
convencido de que pronto volveremos a probar las mieles del triunfo. En el
ámbito deportivo se están dando pasos firmes y seguros que, por el momento, no
pierden el norte. El grupo humano del equipo es uno de los más sanos que
recuerdo y si el santotomense es capaz de vertebrar al equipo con un estilo de
juego sustentado en latidos coherentes y miradas afines, gestionar el potencial
de los jóvenes y recuperar a Enzo y Negredo, aquí hay Valencia para rato.
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