El destrozo de Pekín
domingo, julio 19, 2015
El Valencia cayó ayer por cuatro goles a uno frente al Bayern de Guardiola en un choque en el que las probaturas tácticas de Nuno se erigieron como protagonistas ante la falta de resultados prácticos sobre el verde.
El técnico portugués salió al Estadio Nacional de Pekín con una defensa de tres formada por Vezo, Orbán y Enzo Pérez. Si, el mismo Enzo Pérez que fichamos de centrocampista por 25 millones el invierno pasado. Teóricamente e intentando adentrarme en el pensamiento del entrenador, el paso del habitual 4-3-3, que tan buen resultado dio la pasada campaña, al 3-4-3 de esta pretemporada, elimina el trivote del centro para pasar a una dupla formada por Fuego/Parejo. Algo así como el Albelda/Baraja de la etapa dorada. Pese a esta pareja, la pérdida de un hombre en el centro del campo y la acumulación de efectivos en la zona defensiva del terreno de juego convierte en imperativa la aparición de un hombre que sea capaz de sacar el balón jugado desde la zaga. Y es aquí donde aparece Enzo. El argentino cambiaría así su zona de actuación pasando de romper líneas en tres cuartos de campo a hacer lo mismo acabando con el balón en la zona de influencia de Parejo.
La defensa de cinco plantada sobre la capital china se completaba con Barragán y Gayà actuando como carrileros, posición que busca dotar de verticalidad la salida rápida de balón a la vez que sumar efectivos cuando la jugada de ataque se organice más pausadamente. Precisamente por la banda del de Pedreguer llegó el primer gol alemán. Los pupilos de Pep aprovecharon la ausencia del valenciano -fuera del terreno de juego por lesión- para profanar una banda izquierda que Orbán intentó cubrir sin éxito desajustando la zaga central y dejando a Müller solo en la frontal. Y el alemán solo en la frontal no las falla.
La fragilidad del nuevo sistema terminó de plasmarse con la sustitución del propio Gayà. La entrada al campo de Piatti -y sus más que lógicas deficiencias defensivas- deshilacharon el entramado defensivo beta que Nuno probaba en tierras asiáticas y del que ya dejó alguna que otra pista en los anteriores encuentros.
La circulación de balón se convirtió en uno de los grandes hándicaps del equipo en la tarde de ayer. La pérdida de ese hombre en el centro que hemos comentado anteriormente obliga a Fuego a pegar un pasito hacia adelante y a cambiar su habitual papel de stopper por un perfil que también sea capaz de distribuir el esférico. Un pasito hacia delante que repercute de igual forma en Parejo, que algo más adelantado debe distribuir -su función habitual- y además catalizar (dotar de dinamismo) el juego, algo que hace a las mil maravillas André y su zancada. Ni uno ni el otro estuvieron a la altura de las circunstancias en un encuentro en el que el Bayern fue el amo y señor del balón.
Rodrigo, De Paul y Mina tuvieron un papel casi testimonial durante los primeros 45 minutos del partido -y eso que fueron los 45 minutos buenos-. Sólo el argentino, algo más inspirado que el resto de sus compañeros y actuando como algo parecido a un falso nueve, fue capaz de buscarle las cosquillas a los bávaros. Una maravilla salida de sus botas en forma de centro fue el que acabó en la cabeza de Rodrigo para que el Valencia logrará empatar el partido. Un oasis en medio del desierto.
El carrusel de cambios en la segunda mitad y una zaga con Feghouli y Piatti como carrileros terminaros de sentenciar a un Valencia que solo podía ver como el Bayern violaba sus bandas una y otra vez. La guinda la puso Lewandowski por la escuadra de Yoel. Qué clase de jugador.
Pese a las sensaciones negativas, personalmente creo que Nuno está perfilando una idea de juego que viene a perfeccionar la vista durante la pasada campaña. Entramado defensivo rocoso -más aún si cabe con la inclusión de un tercer defensa a la dupla Mustafi - ¿Otamendi?, dos carrileros con profundidad con la velocidad tatuada en la frente (Gayà-Cancelo), y un centro del campo que funcione como medio de transición al tridente de arriba, y no tanto de distribución/elaboración. Hombres tiene para poder llevarlo a cabo. A priori, Barbosa puede venir a pulir las carencias técnicas que Fuego pueda tener en esa posición, y Enzo puede encajar en la demarcación de Parejo como hombre-enganche potente que actúe de ascensor para los hombres de arriba.
Queda menos de un mes para la previa de Champions y el equipo todavía no tiene los remiendos suficientes como para aguantar las embestidas del rival. La llegada de un portero se antoja más que necesaria -Yoel no para de encajar goles- y la resolución del tema Otamendi para bien o para mal debe concretarse para terminar de perfilar las variantes defensivas del equipo.
Las probaturas se hacen en pretemporada. Y si nos tienen que meter 4, que nos los meta el Bayern.
Foto: REUTERS / Damir Sagolj
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