El Valencia no debe fichar a Falcao

miércoles, junio 03, 2015

El Valencia no debe fichar a Radamel Falcao, de hecho, me parece un dislate que su nombre esté en la lista de futuribles. Salta a la vista que hace falta un nueve de garantías para el próximo curso, que incremente el nivel de una línea que ha estado a años luz de la defensiva. La temporada de Rodrigo Moreno y Álvaro Negredo ha sido discretísima y aunque desde el club no se habla de su marcha -quizá porque no interesan a nadie-, parece que con Paco Alcácer no es suficiente, que al fin y al cabo ha sido el único de los delanteros en nómina que ha cumplido; el único que a día de hoy posee ese no sé qué de cara a puerta tan valorado en los buenos nueves. Sin embargo, por algún motivo arcano que desconozco, el conjunto valencianista quiere poner punto y final a sus problemas con el gol fichando a un delantero que en las últimas dos temporadas solo ha marcado 15 y dos de ellos de penalti. 

El Tigre ve con bueno ojos el proyecto de Lim y la posibilidad de jugar la Champions League, esa competición que no ha podido saborear en sus últimos cuatro equipos. Sin embargo, sin ir más lejos, el año pasado el colombiano declinó el interés que le transmitió el Valencia. Ahora no quiere volver a la liga francesa y el conjunto monegasco tampoco está por la labor de seguir pagando su elevadísima ficha (15 millones brutos al año), un escollo que el Valencia debe tener muy presente ya que le dificultaría mucho presentar un presupuesto acorde con el Fair Play Financiero que exige la UEFA. Está claro que el jugador tendría que bajarse la ficha, pero aunque fuera a la mitad, el Valencia se equivoca si comienza a pagar salarios astronómicos a futbolistas que ya están de vuelta y Radamel, hace ya tiempo que dejó de ser el más despabilado de la clase. En su momento el combinado del Principado pagó 60 millones por él y ahora tampoco lo venderá a cualquier precio. A lo que quiero llegar: es un sinsentido pagar 25-30 millones por Falcao cuando por ese precio puedes atar a un ariete que realmente haga levitar a la grada. Un Lacazette o un Benteke, por ejemplo. 

Las lesiones de su rodilla (se ha roto los ligamentos de la rodilla derecha dos veces) son otro hándicap a tener en cuenta y desde que sufrió la última en vísperas del mundial de Brasil, no hemos vuelto a ver la mejor versión del cafetero. Su paso por el Manchester United ha sido puramente testimonial y aunque todos sabemos cómo se las gasta Van Gaal, sus registros goleadores hablan por sí solos: 4 goles en 26 encuentros. Además, su juego en sí mismo en un solar y ni mucho menos recuerda al jugador fino, dinámico, exuberante, veloz y de arreones fogosos que deslumbró en el Atlético de Madrid. Ahora vive instalado en un perenne estado de ansiedad, incapaz de volver a sentirse grande y todo pasa por algún chispazo cada vez más inusual. Su edad (29) tampoco invita a pensar que sea capaz de recuperar el nivel mostrado otrora y la zozobra rige cada uno de sus movimientos sobre el verde, por mucho que su querido representante sea un fuera de serie en hacer creer que las prestaciones de juego nunca menguan en sus representados.


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