Nuno, yo también quiero un nuevo 9
lunes, octubre 26, 2015
Mientras los áulicos del debate
futbolístico en Valencia matan el tiempo discutiendo sobre si el delantero
titular tiene que ser Negredo, Alcácer o Rodrigo, he creado mi propia teoría:
entre los tres juntos no haces uno que valga la pena. El fútbol es hoy, y un
delantero no puede vivir de un golazo marcado a finales de agosto; el delantero
del Valencia no puede ser el nueve titular por el simple hecho de ser de la
terreta; el delantero del Valencia no puede ser un hombre -Rodrigo Moreno- que
lleva un año y medio sumido en el pasto de la ansiedad y la precipitación.
Sometidos a las ordalías de cualquier medio de comunicación que siga de cerca
la actualidad blanquinegra y la triste realidad, es que ninguno de los tres
supera la criba. Sin exhibir ningún tipo de talento para gestionar la presión externa
y con una incapacidad palmaria para ser el factor diferencial cuando el partido
se pone cuesta arriba.
Necesitar de diez ocasiones de gol para concretar una no se
presupone una virtud y en el caso de los delanteros del Valencia, a veces, ni
con diez ocasiones son capaces de agitar el marcador. Está claro que algo pasa
entre Nuno y Negredo, pero debo ser yo el que vive en una realidad particular, el
único que se ha perdido los partidos en los que Álvaro ha marcado los goles a
pares. No es normal que lo deje tres partidos seguidos sin convocar, pero el de
Vallecas, por actuaciones como la de Lyon o San Mamés, lo tiene crudo para
alegar que se está quedando fuera de la lista por una cuestión exclusivamente
personal. Sus últimas declaraciones, en las que se quejaba de jugar demasiado
alejado del área fueron muy poco atinadas y la realidad es que cuando ha jugado,
ha sido el hombre referencia, el salvoconducto para que cualquier posesión
mereciera un final directo al corazón del área. Un delantero de alcurnia no
necesita del error del rival, puede crear peligro ante defensas condensadas,
imaginan la jugada que van a realizar antes de que les llegue el balón y
ninguna altura del campo le resulta extraña, ejem.
Con Paco Alcácer, más de lo mismo. El de Torrent está muy
lejos del nivel que debe tener el ariete titular del Valencia y desde que se ha
instalado en su atalaya divina, pide tirar los penaltis que no le tocan y ha
dejado de enfundarse el mono azul de trabajo, camina desnortado por el terreno
de juego y su matrimonio con el gol está en horas bajas. De hecho, me
sorprendió muchísimo que estuviera en la última convocatoria de Del Bosque,
porque para jugar con España, primero tienes que justificarlo con goles en tu
club, cosa que no está haciendo. Y lo que es peor, Paco cada vez me deja más
frío y aunque creo que puede tener un rol importante en el futuro y en la
plantilla blanquinegra, lo veo más como un complemento que como el delantero
devastador que realmente necesita el Valencia. Por otro lado, intentar traer a
Villa en el mercado de invierno sería un craso error. El Guaje se fue de
Valencia dejando un gran sabor de boca y no me gustaría verlo mal físicamente
por Mestalla. Primero, porque algunos son tan burros que empezarían a silbarle
si no cumple con las expectativas, cuando el asturiano sólo está para jugar a
medio gas y dedicarse a pasear con sus hijos por Central Park. Y segundo,
porque supondría reconocer públicamente que careces de una correcta
planificación deportiva.
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